Cambio de vida

Mi vida dio un gran cambio en el año 2012. A partir de entonces ha ido evolucionando de una manera que no esperaba. No sabría si decir que para bien o para mal pero el hecho es que así ha sido.

En el año 2015 tomamos la decisión de cambiarnos de casa. Yo necesitaba salir de el piso en el que vivíamos ya que vivir allí no me permitía avanzar. Así que comenzamos la búsqueda de casa. En un principio no teníamos muy claro si quedarnos en la ciudad o marcharnos al vivir al pueblo donde reside mi familia.

Por un lado vivir en una ciudad te da la seguridad que de dispones de todos los servicios. Todo está a mano y más en una ciudad con la mía. Pero por otro lado me creaba muchas inseguridades con respecto a la crianza de mi hija que en aquel momento aún no había empezado el cole.

Así que después de mucho pensar y valorar nos decantamos por el pueblo.

Al ser un pueblo pequeño no dispone de mucha oferta inmobiliaria. Miramos unas cuantas casas. La verdad es que nos valía casi cualquier cosa.

Las cosas no salían como esperábamos y llegó un momento en que nos planteamos si era buena idea seguir con aquello. Cuando las cosas no van como esperamos solemos tirar la toalla, pero este no fue el caso.

Seguimos buscando y al final la encontramos. La única casa del pueblo que no queríamos mirar por lo mal que nos habían hablado de ella.

Cómo nos quedábamos sin opciones decidimos visitarla y nos encantó tanto la casa como el precio. También tengo que reconocer que al trabajar mi pareja en el mundo de las reformas tenía mucho ganado y podríamos convertirla en nuestro hogar soñado.

La casa estaba en unas condiciones un poco...vamos que daba miedo. Había que arreglar muchas cosas y rehacer otras pero con la ilusión que teníamos estábamos dispuestos a todo.

Ya llevamos aquí dos años, aún nos queda mucho por hacer, pero somos muy felices.

Aquí puedo educar a mis hijas con la libertad y tranquilidad que una ciudad no me ofrece. El colegio es una pasada y para ser un pueblo tan pequeño dispone de muchos servicios.

No podría estar más feliz por la decisión que tomamos.

Es un gran cambio ya que yo no podía imaginar mi vida fuera de la ciudad y más viviendo en el centro pero he de reconocer que tendría que haberlo hecho antes.

La vida te lleva por caminos que no esperas y tú tienes que ser capaz de tomar las mejores decisiones o por lo menos las que creas que van a mejorar tú situación. Todos nos podemos equivocar pero en esto consiste este juego al que llamamos vivir.